Hace varias semanas, en la ciudad de Borodyanka, al noroeste de Kiev, el ejército ruso lanzó pesadas bombas de aviación sobre edificios residenciales de gran altura, atrapando a muchas personas que se escondían en los sótanos bajo los escombros. Después de esto, dispararon a cualquiera que intentara desenterrarlos. Tras la liberación de la ciudad, continúan las labores de búsqueda y se prevé que el número de víctimas civiles sea mayor que en Bucha.
El Consejo de Iglesias y Organizaciones Religiosas de Ucrania ha emitido una declaración en la que condena los crímenes de las tropas rusas como genocidio del pueblo ucraniano.
Por otra parte las evacuaciones y los esfuerzos humanitarios continúan en muchos lugares, a pesar de que el ejército ruso los interrumpe sistemáticamente.
La situación en Mariupol no ha mejorado desde el comienzo del asedio. Ningún convoy humanitario ha podido llegar a la ciudad y las evacuaciones sólo han sido posibles a través de coches particulares. Los convoyes oficiales de evacuación siguen siendo bloqueados por las tropas rusas.
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