Artículo 6 de la serie Jesús quédate en casa Bienvenido al Episodio

En este artículo te brindamos una interesante recomendación, pasar tiempo con Jesús, invítalo a tu casa y escucha que es lo que tiene él para decirte, luego haz las cosas. Adore como María, luego trabaje como Marta. Adore a Dios antes de trabajar para que puedas adorar a Dios en tu trabajo. Queremos el corazón de María y las manos de Marta.

38 Durante el viaje a Jerusalén, Jesús y sus discípulos llegaron a cierta aldea donde una mujer llamada Marta los recibió en su casa. 39 Su hermana María se sentó a los pies del Señor a escuchar sus enseñanzas, 40 pero Marta estaba distraída con los preparativos para la gran cena. Entonces se acercó a Jesús y le dijo:

—Maestro, ¿no te parece injusto que mi hermana esté aquí sentada mientras yo hago todo el trabajo? Dile que venga a ayudarme.

41 El Señor le dijo:

—Mi apreciada Marta, ¡estás preocupada y tan inquieta con todos los detalles! 42 Hay una sola cosa por la que vale la pena preocuparse. María la ha descubierto, y nadie se la quitará. Lucas 10: 38–42 (NTV)

Jesús tenía enemigos, fans y amigos.  ¿Qué tienen en común los fans y enemigos? Ellos te eligen a ti, a los amigos los eliges. Tú y yo necesitamos amigos, podemos elegirlos. Jesús tuvo amigos y Él elige a María, Marta y Lázaro. Los vemos en relación con Jesús a través de los Evangelios; Él se queda en su casa, es su amigo, los ama, se preocupa por ellos, se preocupan por Él. Estos son amigos cercanos. Los cuales valen la pena tener, como también invertir tiempo y esfuerzo por ellos.

Jesús fue ministrado por sus amigos ¿No es sorprendente que Jesús ministre ante una multitud? Cuando Jesús llega a un pueblo, la multitud lo invade. Todo el mundo lo necesita, quiere, exige algo. A Jesús lo vemos cansado, con hambre, con sed, necesitando un lugar tranquilo para estar. A menudo no tiene hogar, no sabe dónde alojarse o alimentarse. ¿Quién ministra a Jesús?… ¡Sus amigos! María, Marta y Lázaro, abren su hogar y ministran a Jesús.

Entonces te haces una idea; cuentan con una habitación de invitados. “Aquí tienes, Jesús; cama cómoda, ropa de cama limpia”. Hay una flor en la mesa, tal vez un par de cosas para leer. “Aquí hay una buena comida” “Toma una siesta, ora, descansa un poco” ¡Que regalo es ese! Ellos entienden que Jesús necesita ser ministrado para que luego pueda ministrar a otros. Y ellos son sus amigos. Los que están en el liderazgo se entregan al 100% para a la causa y es realmente útil si hay algunos amigos que se unen a ellos y los apoyan Así es como funciona.

Jesús sirvió a sus amigos. Así como ellos sirven a Jesús, se preocupan por él, pero también Jesús se preocupa y hace cargo de ellos, disimulándolos, enseñándoles el Reino de Dios. Allí están mujeres y hombres aprendiendo el camino del Señor. ¡Que hermosa amistad!

Cuando lees el relato, al finalizar quedas con una pregunta que no está escrita pero sí surge en nuestra mente: ¿Quién soy María o Marta? María es contemplativa y observadora; Marta es activa y servicial. María se trata de tener la humildad de ser servida; Marta se trata de hacer, de levantarse y servir. Marta pensó y quiso servir a Jesús la buena porción, pero María eligió recibir la buena porción, por parte de Jesús.

Jesús es nuestra buena porción que nunca será quitada. Una comida es temporal, pero el tiempo con Jesús es un regalo que dura para siempre. Eso es lo que Marta no pudo comprender en aquel momento, puesto que priorizaba las necesidades de Jesús, mientras ignoraba totalmente la suya propia.

Vivimos en un mundo repleto de “Martas” estamos preocupados, ansiosos y distraídos en cumplir con metas, objetivos, sueños, logros, ambiciones, etc. Pero Dios nos creó de manera a que vivamos como “María”; atentos a nuestra necesidad de ser ministrados por Dios, atentos a lo que Dios tenga primero para decirnos, para luego tener nuestros momentos de Marta.

Cuando el pecado entró en el mundo, se eliminó la parte que cumple en nuestro pasaje el rol de María (contemplación, necesidad de escuchar a Dios) y se priorizó un mundo de Martas en el que tenemos que luchar constantemente contra adversidades, distracciones y ambiciones, para poder tener los momentos de María.

¿Mi recomendación? Pase tiempo con Jesús, invítalo a tu casa y escucha que es lo que tiene él para decirte, luego haz las cosas. Adore como María, luego trabaje como Marta. Adore a Dios antes de trabajar para que puedas adorar a Dios en tu trabajo. Queremos el corazón de María y las manos de Marta.

Y es mi oración que puedas dedicar parte de tu rutina y vida diaria en contemplación, admirando las enseñanzas que el maestro Jesucristo tiene para decirte, es mi deseo que permitas entrar a Cristo en tu hogar y que ¡puedas llamarlo tu amigo! Que puedas dejarte servir por Él, para luego servirle tú.

Dios te bendiga, te saluda el Pr Omar Parma, de la Iglesia Raíces. omar.parma@hotmail.com .

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