Agradecidos en todo tiempo

Muchas gracias por estar aquí. Sentir gratitud o decir gracias es natural cuando nos sentimos bendecidos y vivimos en abundancia. Pero, ¿qué pasa cuando estamos en tiempos de dolor, sufrimiento o dificultad, en esos momentos de luchas donde nadie nos entiende, o quizás nadie tiene la llave para poder darnos un escape a todos nuestros problemas?

Hoy quisiera compartir algunas razones por las que ¿por qué agradecer a Dios aún en momentos malos? Cuando nuestro mundo parece desmoronarse, ¿Cómo podemos esperar, como nos dice Pablo, que «demos gracias en todas las circunstancias» (1 Tesalonicenses 5:18)?

La palabra de Dios nos recuerda que la voluntad de Él es que seamos agradecidos. Pablo también enfatiza—lo vemos en diferentes partes de la palabra— que demos gracias en toda circunstancia. Como Padre, Dios quiere lo mejor para nosotros, sus hijos, y sabe que nuestro agradecimiento continuo nos hará muy bien en todas las áreas de nuestra vida.

Dar gracias a Dios porque somos sus hijos, dar gracias por lo que tenemos, por lo que hacemos y por lo que logramos, dar gracias a Dios por nuestras victorias y también por nuestras luchas de cada día. Tener una actitud de gratitud y ser agradecido en todas las circunstancias nos permite ver y apreciar todas las cosas de modo valioso y al mismo tiempo fortalece nuestras vidas, tanto interna como externamente.

Quizás hoy, fuimos al supermercado, fuimos al trabajo, etc., pero en ningún momento del día dimos las gracias a Dios, ¿hemos agradecido por el aire a Dios? ¿Sabían que en muchos hospitales hay personas que se están muriendo? Cada día, miles y miles de personas mueren por diferentes causas, y una de ellas por no tener oxígeno, sin embargo nosotros hoy podemos disfrutar de una vida respirando aire puro. Claro, quizá no tengamos una vida de cuento de princesas o un cuento mágico, no obstante, aunque pasemos pruebas sea en el trabajo, en la familia, en el noviazgo, en sus estudios a pesar de todo eso debemos de decir Gracias Dios.

Un bello proverbio (Proverbios 15:13) nos informa que el corazón alegre hermosea el rostro, y detrás de esta expresión encontramos una gran verdad que nos revela la fuerte conexión entre cuerpo, alma y espíritu. Si quisiéramos parafrasear este proverbio, diríamos que la salud de nuestro cuerpo físico depende de nuestra estabilidad emocional, la cual a su vez depende de nuestra fortaleza espiritual.

Hoy podemos entender que mientras más agradecidos vivamos, más sanos serán nuestros cuerpos tendremos mejor salud, quizás estemos enfermos o tal vez necesitemos sanar nuestras almas o todo lo que es el interior, y hoy podemos finalizar nuestro día dando gracias por todo, es una gran puerta de bendición llevar una vida de gratitud y ser agradecidos también hace que se abran puertas en nuestras vidas.

Hoy podemos ser agradecidos porque tenemos a Dios.

A medida que crecemos en gratitud, aprendemos a estar agradecidos no solo por los buenos dones que Dios nos da sino por todo en nuestras vidas, incluidas nuestras pruebas y sufrimientos. Aprendemos que incluso en el dolor podemos estar agradecidos, ya que todavía tenemos el mejor regalo que podríamos desear: Dios mismo.

Nos retiramos de las dificultades, pero ninguno de nosotros escapa de algún tipo de problema. En muchas partes del mundo es peligroso incluso ser cristiano debido a la persecución. Y sin embargo, en medio de esas luchas, podemos agradecer a Dios, porque sabemos que Él ha prometido estar con nosotros y que nos ayudará. Sabemos que nuestro Señor puede usar los momentos de aflicción para acercarnos a Él.

Cuando el profeta Daniel se enteró de que los hombres malvados estaban conspirando contra él para destruirlo, «se arrodilló y oró, dando gracias a su Dios, tal como lo había hecho antes» (Daniel 6:10). La Biblia habla que demos gracias a Dios en todo momento, sea malo o bueno (1 Tesalonicenses 5:18).

Pablo declaró: «Incluso podrás agradecer a Dios en medio del dolor y la angustia porque tienes el privilegio de compartir con aquellos que viven en la luz» (Colosenses 1:12).

No se cómo están sus vidas hoy, como están sus corazones, quizás tengan un sin fin de luchas que parece que lo más lógico es que les falten en sus vidas palabras de gratitud.

El apóstol Pablo resalta la importancia de regocijarse en el Señor siempre. En Romanos 14:17 dice «porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.»… Literalmente, regocijarse es experimentar la gracia de Dios (favor) y estar consciente (contento) de su gracia ¡Aleluya! Solo saber que somos Salvos en Jesús es el mayor motivo de gratitud que podamos tener con el Señor.

“La gratitud es una cualidad que he encontrado en todas las personas felices que conozco. Es una cualidad que hace instantáneamente a una persona más agradable y hace que se sienta más en paz. Donde hay abundancia de esta virtud, hay felicidad”.

Escrito por el Pr. Diego López Master en teología Pastoral de Cohen University and Theological Seminary. Actualmente Presidente Nacional de la APEP Joven Y Pr. principal de la Iglesia Casa de Presencia Itaugua y COME LORD. (Denominación: Cristiana (Paraguay)

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