El fundamento del proyecto de ley radica en la urgente necesidad de abordar la crisis de salud mental evidenciada en las escuelas. El ministro señaló directamente el vínculo entre el uso desmedido de la tecnología y los problemas psicológicos.
«Hoy tenemos muchos casos no solamente de depresión, sino de ansiedad, y donde el uso indiscriminado de la tecnología es un camino que no encuentra otra salida que finalmente muchos niños caigan en situaciones como la ansiedad y depresión,» afirmó.
Al regular este uso en el ambiente escolar, que es donde los niños pasan la mayor parte del tiempo, el Gobierno espera generar un cambio positivo inmediato (corto plazo) y sostenido (mediano y largo plazo) en el bienestar emocional de los estudiantes.
RECONSTRUYENDO LA INTERACCIÓN SOCIAL
El segundo pilar de este impacto duradero se centra en las habilidades socioemocionales. La evidencia, según el ministro, demuestra que el uso excesivo de la tecnología está volviendo a los niños «mucho más aislados, mucho más introvertidos.»
El proyecto de ley busca contrarrestar este efecto, revalorizando la interacción directa: Impacto a Corto Plazo: Reducción de distracciones en el aula y los espacios comunes. Impacto a Mediano Plazo: Fomento de la interacción «cara a cara» entre pares, esencial para desarrollar empatía y habilidades comunicativas. Impacto a Largo Plazo: Formación de una generación con mejores herramientas para el desarrollo personal y social, al permitir que la escuela sea un lugar donde el niño pueda «desarrollarse como persona.»
«Necesitamos que el niño hoy pueda interactuar mucho más con su par, podamos tener este cara a cara como teníamos antes nosotros,» comentó, destacando que el proyecto impactará positivamente en esta perspectiva.
APLICACIÓN UNIVERSAL
La normativa propuesta abarca a todos los niveles (inicial, escolar básica y media) y a todas las instituciones (públicas, privadas y subvencionadas), garantizando un cambio sistémico. La regulación no se limita solo a las aulas, sino que se extiende a los espacios exteriores, patios y lugares de actividades académicas, reconociendo que la labor formativa de la escuela «va mucho más allá del aula.»
Con esta visión integral y de largo aliento, el Gobierno está convencido de que la regulación del uso de dispositivos en la escuela es una medida necesaria que tendrá un efecto transformador en el futuro de la niñez paraguaya.














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