Aunque en la región de América Latina y el Caribe exista una ralentización en el crecimiento económico, Paraguay se muestra con estadísticas positivas, indicando que cuenta con los índices más altos de PIB, con un porcentaje de 5,2% para este año y con un 4,2% para el próximo 2024.
Estas estadísticas proporcionadas por el Banco Mundial incluso superan a las pronosticadas por el Banco Central del Paraguay, el cual, en su informe considera que este año el producto interno bruto tendrá un crecimiento solo del 4,5%.
De cumplirse esto, Paraguay se muestra como una de las economías más dinámicas, en comparación a los demás países de la región, ya que crecerá a tasas bastante elevadas. Siendo el país que encabezará el crecimiento económico en la región, seguidos por los siguientes países que cuenta con una mayor estimación como Bolivia y Ecuador que los cuales se estima que tendría un crecimiento del 3,1%, Uruguay con una estimación de 2,7%, Perú con un 2,6% y Argentina con un 2%. Mientras que Brasil y Colombia se muestran con estimaciones de crecimiento menores, de 1,3% y 0,8%. En cuanto a Chile, se prevé una caída del crecimiento del 0,8%.
Se espera que uno de los factores que impulsen la recuperación, sea principalmente el sector primario, como la agricultura que tras el duro golpe de la sequía que causó que tenga una caída del 65%, este año cuente con un crecimiento del 30%. Los técnicos del Ministerio de Agricultura estiman a que volverán a los niveles cercanos a los 10 millones de toneladas la cosecha del grano. También vaticinan un fuerte ingreso de divisas por la exportación debido a que el costo de la soja se mantiene en un promedio alto en cuanto al costo por tonelada dentro del mercado internacional.
La normalización de los niveles de inflación también está ayudando al crecimiento debido a que lentamente el consumo y los movimientos de los comercios van mejorando, esperando que a finales de este año exista una notable recuperación.
Aunque según el Banco Mundial afirma que, “El crecimiento mundial se está desacelerando marcadamente debido a la elevada inflación, el aumento de las tasas de interés, la reducción de las inversiones y las perturbaciones causadas por la invasión de Rusia a Ucrania”
Considera que la situación económica se encuentra en un punto frágil, donde cualquier nuevo acontecimiento adverso, como una inflación más alta a la prevista, aumentos abruptos de las tasas de interés para contenerla, un resurgimiento de la pandemia o la intensificación de las tensiones geopolíticas, podría empujar a la economía mundial a la recesión.
Por otro lado, a fines de próximo año 2024, los niveles del producto interno bruto de las economías emergentes y en desarrollo serán aproximadamente un 6% inferiores a los niveles previstos antes de la pandemia. Si bien se prevé que la inflación mundial logre una moderación, ésta se mantendrá por encima de los niveles que se indicaban antes de la pandemia.