Tras el máximo de 10% en 2022, la inflación general en grandes economías latinoamericanas disminuyó a 7%, por precios más bajos de materias primas. Indican que, una política fiscal puede ayudar a ajustar la demanda con el producto y evitar que inflación se paralice.
Según indica el Fondo Monetario, el crecimiento en América Latina se desacelerará de un notable 4% en 2022 a 1,6% este año. Las presiones de precios que acompañaron la pujante actividad económica el año pasado parecen ya haber alcanzado su nivel máximo, pero la inflación subyacente se mantiene en niveles persistentemente elevados, perjudicando de manera desproporcionada a los hogares de ingresos bajos.
Mencionan que, el descenso de la inflación obedece principalmente a la disminución de los precios de las materias primas desde sus niveles máximos. El producto se encuentra en su nivel potencial o por encima de este, y las expectativas de inflación a corto plazo superan los rangos fijados como meta por los bancos centrales.
Los indicadores para los países latinoamericanos se encuentran en posiciones variadas, debido a que algunos siguen en porcentajes muy bajos de crecimiento como Chile con un -1,0%, Argentina con un 0,2%, Brasil con un 0,9%, Colombia con un 1,0%, mientras que otros países como Paraguay y Venezuela proyectan un panorama más positivo, con 4,5% y 5,0% respectivamente.
Señalan que, es fundamental restaurar la estabilidad de precios para tener economía saludable y proteger a los grupos más vulnerables. Por lo cual, el objetivo de las políticas debe ser desacelerar la demanda para traerla en línea con el producto potencial.
En vista de que las presiones inflacionarias están siendo persistentes, los bancos centrales tendrán que mantenerse firmes en su lucha hasta que los precios estén en descenso. Las tasas de interés probablemente deberán permanecer en niveles altos durante gran parte de este año, e incluso durante el próximo en algunos casos. Esto ayudará a que la inflación retorne hacia el nivel fijado como meta para fines de 2024 o principios de 2025.
Será necesario aplicar una combinación de políticas más balanceada para mejor las probabilidades de doblegar la inflación y aplacar los riesgos de recesión.
Mencionan que, rebalancear el conjunto de políticas no será una tarea fácil. La demanda de gasto social es alta en la región, y hay temas serios de distribución y de equidad social a los que hacer frente. Parte de la solución debe consistir en promulgar políticas tributarias que requieran a quienes más tienen que contribuyan con lo que les corresponde. Una buena administración de los recursos públicos también podría ayudar a reparar la confianza en el gobierno, tan erosionada en muchos países durante los últimos años.
La agenda prevista no será fácil, pero es fundamental restablecer la estabilidad de precios para proteger a los sectores vulnerables y atender las demandas sociales de forma duradera. Recurrir más a la política fiscal para controlar la inflación tiene sentido desde el punto de vista macroeconómico y, con políticas bien diseñadas, es posible lograr ese cometido con equidad social.
Artículo del Fondo Monetario Internacional: https://www.imf.org/es/Blogs/Articles/2023/04/13/in-latin-america-fiscal-policy-can-lighten-the-burden-of-central-banks