Chile es uno de los mercados a los que apunta el sector porcino nacional para el ingreso de la carne de cerdo. “El trayecto obtenido con la carne bovina nos da un buen curriculum para poder presentar este tipo de trabajos”, subrayó la Ing Núñez.
Núñez subrayó que si bien el aspecto sanitario es la “primera puerta a abrir” para luego seguir con los otros procesos, también se está trabajando con el servicio sanitario de Chile para avanzar con la compartimentación sanitaria de establecimientos porcinos, que consiste en fijar una zona de alta vigilancia dentro de una unidad productiva, un requisito indispensable para lograr la habilitación del mercado trasandino.
La profesional enfatizó que existe un trabajo interno que se está realizando para hacer un plan piloto. La compartimentación sanitaria es una gestión impulsada por el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa), con el apoyo del sector privado como un ejercicio para ver si es aprobado por las autoridades de Chile.
Si bien esta herramienta está aprobada por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), ya depende de cada país aceptarla o no oficialmente, acotó.
Por otra parte, señaló que actualmente los mercados alternativos como Uruguay y Georgia se mantienen tímidamente como compradores de la carne porcina nacional, aunque fueron desplazados ampliamente por Taiwán, destino que está aumento su participación. Igualmente, destacó que hay que cuidarlos en pos de la diversificación.