Durante una conferencia de prensa en Mburuvicha Róga, el ministro de Economía, Carlos Fernández Valdovinos, subrayó que la mejora en la calificación se apoya en pilares claros: disciplina fiscal, credibilidad de la política monetaria y estabilidad macroeconómica. Recordó que el Congreso ya aprobó un tope de déficit fiscal del 1,5 % del PIB para 2026, una señal clave para los mercados.
En el plano monetario, destacó la reducción de la inflación, que pasó de niveles superiores al 10 % en la administración anterior a alrededor del 3,5 % este año, muy cerca de la meta fijada por el Banco Central del Paraguay. “Esto no ocurrió por casualidad”, remarcó, al enfatizar la consistencia de la política económica.
Fernández Valdovinos describió el logro como el resultado de una “maratón” de largo plazo, pero fue enfático al señalar que el actual gobierno imprimió el impulso decisivo. Recordó que Standard & Poor’s mantuvo sin cambios la calificación de Paraguay durante una década, pero que, desde el inicio del actual mandato, se produjeron tres movimientos positivos en apenas tres revisiones: una suba de BB a BB+, luego la mejora de la perspectiva a positiva y, finalmente, la concesión del grado de inversión.
“El reporte es claro: las decisiones que llevaron a este resultado fueron tomadas por este gobierno”, afirmó, usando una metáfora futbolera para graficar el momento: “Muchos tocaron la pelota, pero el gol lo metimos nosotros. Y no fue uno solo: fueron dos”.
El ministro sostuvo que el impacto del grado de inversión va mucho más allá del reconocimiento técnico. Según explicó, permitirá atraer más inversiones, abaratar el financiamiento externo, facilitar la emisión de deuda en mejores condiciones y generar más empleo, con beneficios directos para la economía real y el ciudadano común.
Además, destacó que Paraguay se encuentra bien posicionado frente a las principales calificadoras: dos grados de inversión y una perspectiva positiva con Fitch, lo que, a su criterio, coloca al país en uno de los mejores momentos económicos de su historia reciente.
“El año cierra con crecimiento económico del 6 %, el más alto de la región, con estabilidad y ahora con el segundo grado de inversión. Esto, inevitablemente, se va a reflejar en una mejora en la calidad de vida de los paraguayos”, concluyó.














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