La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) informó que la economía paraguaya creció un 4,2% en 2024, impulsada por el dinamismo de la demanda interna. Este crecimiento permitió una reducción del déficit fiscal a un 2,6% del PIB, aunque la cuenta corriente presentó un déficit estimado del 3% debido al incremento de las importaciones.
La inflación se mantuvo cerca de la meta del 4% anual, lo que llevó al Banco Central del Paraguay (BCP) a adoptar una postura neutral en su política monetaria desde el primer trimestre del año. Esta estabilidad facilitó una reducción gradual de las tasas de interés nominales, lo que impulsó el crédito en moneda nacional y extranjera.
Para 2025, la CEPAL proyecta un crecimiento económico del 3,9% y una inflación estable en 4%. La recuperación de socios comerciales clave, como Argentina, será determinante para el desempeño económico. Sin embargo, los riesgos incluyen una desaceleración global mayor a la prevista, la fragmentación geopolítica, y las posibles afectaciones climáticas vinculadas al fenómeno de La Niña.
En el ámbito fiscal, los ingresos tributarios registraron un crecimiento real del 16,5% interanual hasta septiembre de 2024, beneficiados por la mayor recaudación del IVA y mejoras en la administración tributaria. No obstante, la inversión pública disminuyó, contribuyendo a la reducción del déficit.
El saldo de la deuda pública se ubicó en 40% del PIB, con emisiones destacadas, como un bono en guaraníes por USD 500 millones a un cupón del 7,9%. Según el FMI, de mantenerse la convergencia hacia un déficit fiscal del 1,5% para 2026, la deuda pública comenzaría a descender desde 2025.
El sistema financiero mostró solidez con una expansión del crédito real del 12,4% y una mejora en la rentabilidad promedio del sector bancario. Estos resultados reflejan una gestión macroeconómica positiva en medio de desafíos globales y locales.
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