El exdirector General de Aduanas de nuestro país fue consultado sobre el destaque editorial otorgado al Paraguay por el principal diario chileno “El Mercurio”, el miércoles último, señalando los logros de la economía paraguaya, y que posicionan a nuestro país entre los más potables para las inversiones en la región.
Fernández señaló que Paraguay está siendo objeto de observación por diferentes regiones, medios, países inversionistas, básicamente por los frutos del esfuerzo acumulado en décadas. Dijo que Paraguay tiene hace años una política macro-fiscal “muy prudente”, un banco central autónomo, una tasa de inflación de primer mundo.
Añadió que, a pesar de las grandes turbulencias en los países vecinos (Brasil y Argentina), Paraguay se ha manifestado resiliente, y eso habla de que, definitivamente, “algo se está haciendo muy bien”. Agregó que el país también ha registrado un crecimiento económico por encima de la los países de la región, por supuesto, pero “con muchas debilidades todavía”.
En cuanto a la posición geográfica, resaltó que nuestro país tiene algunas poderosas ventajas, “muy llamativas”, como la Hidrovía Paraguay-Paraná, una ruta bioceánica que une y reduce costos también para los países de la región, y con un gran potencial para el nuestro.
SEGUNDO EN CRECIMIENTO ECONÓMICO
Al señalársele que en el ranking regional Paraguay figura en segundo lugar el año pasado en materia de crecimiento económico, por debajo de Argentina, que antes de la asunción del Gobierno de Javier Milei estaba en muy malas condiciones, el economista compatriota explicó que eso se ha debido a un fenómeno denominado “Efecto Rebote”; es decir, con lo cual la economía del país vecino ha dado un “salto alto”.
Cuando uno estuvo muy abajo, con tasas muy negativas, pequeños saltos dan la impresión de que son saltos muy grandes, tal como le ocurrió a Paraguay durante el periodo de gobierno del presidente Fernando Lugo, que en un año tuvimos entre el 10% y 12 % de crecimiento económico, habiendo caído el año anterior.
Ejemplificó el crecimiento argentino con la duplicación de la edad de un niño de dos años, que de un periodo a otro pasó a tener cuatro años. “Pero, cuando uno llega a 50, el año siguiente tiene solo dos años más; o sea, 52 años. Argentina está saliendo de un pozo muy muy profundo. Entonces cualquier dato va a generar que esta tasa sea, digamos, muy superior a cualquier país del mundo”, remarcó