En su espacio semanal Plaza Pública, Desarrollo en Democracia (DENDE) abordó el tema «El sector productivo del Paraguay» con tres destacados exponentes: Manuel Ferreira, ex ministro de Hacienda; José Carlos Martin, titular de Senacsa y Ricardo Kiriluk, productor forestal.
Si bien un tercio de lo que produce Paraguay viene del campo, queda mucho espacio por conquistar, sostuvo el ex ministro de Hacienda y economista, Manuel Ferreira, al tiempo de señalar que el impacto en la economía es del 25%. Como ejemplo, indicó que la producción moderna actual es de 3,6 millones de hectáreas y la minifundiaria es de 300.000 hectáreas.
Destacó que, según datos de la FAO, nuestro país puede expandirse en alrededor de 5 millones de hectáreas de tierras agrícolas, principalmente en el Chaco, sin afectar la población boscosa. Toda la ribera del río Paraguay son zonas arrozables con alrededor de 3 millones de hectáreas. «Son tierras que están o sobre pasturas ganaderas, en muchos casos, donde ha avanzado en gran parte la agricultura moderna y son tierras que están con serios problemas de titulación, y eso genera una inestabilidad en términos de inversión y hace que la gente no produzca más de lo que puede alcanzar a producir ese suelo», explicó.
Para Ferreira, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) debería trabajar en una reconversión de sus objetivos finales y convertirse en un Ministerio de la Producción. También indicó que, para mantener la institucionalidad lograda a lo largo de los años, se debe tener una estabilidad en las cuentas fiscales y evitar la aprobación de leyes populistas que impidan el desarrollo de los sectores.
Entretanto, José Carlos Martin manifestó que Senacsa tiene registrado casi 14 millones de hato ganadero, con 140.000 productores, de los cuales el 80% tiene menos de 100 cabezas de ganado.
En el corto plazo se debe mejorar la eficiencia productiva a la hora de producir carne, siguiendo los estándares internacionales y apostar cada vez más a las estancias de doble piso (integración entre agrícolas y ganaderas), añadió.
Recordó que actualmente Paraguay tiene 36 millones de hectáreas dedicadas a la ganadería y hay mucho margen por crecer, ya que se puede aumentar 25% la capacidad productora de carne bovina, aunque el cambio climático va a jugar un papel importante en este crecimiento. El titular de Senacsa, remarcó que acceder a mejores mercados depende mucho de la política exterior.
Por su parte, Ricardo Kiriluk comentó que se viene plantando a un ritmo de 25.000 hectáreas por año, en su gran mayoría para madera sólida y biomasa, en tanto que la exportación de la industria forestal es de alrededor de USD 200 millones. El plan de desarrollo forestal de Paraguay es llegar a 500.000 hectáreas en el 2030. Refirió que es un sector con mucho futuro, con buena rentabilidad y que solo se debe perder el miedo que se le tiene al plazo de retorno de la inversión.
Acotó que el crecimiento en su mayor parte fue posible mediante la inversión privada y pidió que no se «ponga palos en la rueda» para que continúe el desarrollo. Dijo que la instalación de la planta de celulosa contribuirá al crecimiento del sector. «Paraguay da para tener dos o tres plantas de celulosa. Hay que ubicar las plantaciones para que esas plantas de celulosa funcionen», indicó.
Al inicio del debate, Alberto Acosta Garbarino, titular de DENDE, destacó que el sector productivo impulsó el crecimiento de Paraguay en los últimos 20 años, representando el 62% de las exportaciones de nuestro país. Sobre el sector forestal, destacó el proyecto Paracel, el cual implica una inversión de más de USD 3.300 millones en la zona más conflictiva y más pobre del país, que es el norte de la Región Oriental. «3.300 millones de dólares significa la mayor inversión privada en la historia de Paraguay y la segunda mayor inversión pública o privada después de las binacionales. Es un proyecto gigantesco», expresó.
Indicó que además de tener el agregado de la industria de celulosa, tendrá 195.000 hectáreas propias, con la construcción de más de 200 kilómetros de caminos internos. A ello sumó que en el momento pico de construcción del complejo se empleará a más de 11.000 trabajadores y una vez que esté operando, se tendrá más de 3.800 empleados. Destacó que el sector productivo posee un enorme potencial de crecimiento, pero también soporta amenazas, no solo por el cambio climático, sino también por la campaña ambientalista mundial que impulsará barreras ambientales y arancelarias.
Finalmente, Yan Speranza, moderador del debate, resaltó el impacto del sector en la economía y la necesidad de mostrar que la producción es sustentable y puede incorporarse a la dinámica mundial sin ningún tipo de problemas. A esto agregó que se necesita mayor investigación científica y que el sector forestal tiene una ventaja competitiva. «Pareciera ser que todos son grandes oportunidades de este sector productivo que hoy de por sí ya genera un impacto significativo en la sociedad paraguaya», afirmó.
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