Este miércoles en mítico San Siro fue el escenario de un juego de octavos de final diez años después, en el tramite del partido se pudo notar que la Liga de Campeones no deja tiempo a respiros y ambos entrenador entendieron la intensidad con la que se debía entrar desde el inicio de juego. El entrenador del Inter Simone Inzaghi salió con una formación 3-5-2 y tuvo que ordenar a los sus dirigidos para intentar cerrar los espacios ante la presión alta que aplicaron los ingleses del director técnico Jurgen Klopp que aplicó su habitual 4-3-3.
En los primeros 45 minutos ninguno de los equipos entregó la pelota con facilidad. El local se jugó más por salir con el control del balón por medio de dos de su jugadores más importantes el croata Ivan Perisic y el holandés Denzel Dumfries. A los 10 minutos un centro de Perisic terminó con un remate al palo del turco Calhanoglu. Minutos después el defensor francés del Liverpool Ibrahima Konaté se exigió al máximo para interceptar un pase de Dumfries que iba para Calhanoglu que se encontraba sólo para marcar y teniendo cerca a su compañero el delantero argentino Lautaro Martínez, que estuvo muy movedizo en todo el partido.
En la segunda etapa, Klopp realizó cambios para buscar obtener más peso en ofensiva e ingreso al brasileño Roberto Firmino en lugar del portugués Diego Jota, que no apareció mucho en el primer tiempo teniendo en cuenta que el Inter tuvo el dominio de las acciones. Dumfries y Perisic continuaron muy activos por las bandas, mucho más el croata, que fue una total pesadilla para el lateral inglés Trend Alexander-Arnold, ya que cada balón que llegaba por ese sector se convertía en una ocasión muy importante para el Inter. Posteriormente Jurgen hizo tres cambios para buscar igualdad en el medio sector y metió a Henderson, Keita y el colombiano Luis Díaz buscando frescura en la ofensiva con Sadio Mané.
Llegando a los 30 minutos de encuentro, un córner desde la derecha llegó a la cabeza del brasileño Firmino que dirigió la pelota desde el primer palo al otro lado dejando sin chances al portero Samir Handanovic. Ese tanto dejó sin muchas ideas en ofensiva al Inter que para ese momento gastó todo el combustible en ataque, luego, 8 minutos más tarde el egipcio Mohammed Salah aprovechó un balón suelto cerca del punto penal para convertir el segundo tanto de la noche italiana y con esto dejar al Liverpool muy cerca de la clasificación.
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