El noruego Karsten Warholm, de 25 años, se convirtió en una de las figuras de los últimos Juegos el 3 de agosto al pulverizar con 45 segundos y 94 centésimas su propio récord del mundo (46.70) de los 400 metros vallas, tras un gran duelo con el estadounidense Rai Benjamin (46.17).
Ambos superaron ese día el crono de 47.78 que logró el norteamericano Kevin Young en Barcelona-92 y que fue récord del mundo durante más de 30 años, hasta que Warholm logró batirlo en Oslo poco antes de los Juegos, 46.70 el 1 de julio.

Por su parte, la jamaiquina Elaine Thompson-Herah, 29 años, revalidó los títulos olímpicos de los 100 y 200 metros logrados en Rio-2016 y en Tokio sumó además el oro en el relevo 4×100 m. La misma ha dominado las competencias de sprint a lo largo de todo el año, siendo una de las principales candidatas a este premio, el cual finalmente lo consiguió.
Por su parte, las estadounidenses Athing Mu, quien es campeona en los 800m. a los 19 años y Erriyon Knighton, campeona en los 200m. con 17 años, fueron electos como «estrellas ascendentes», premio que es entregado a atletas menores de 20 años.














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