En cada equipo hay jugadores que marcan la diferencia, y en Paraguay, ese hombre es Julio Enciso. En un partido difícil, ante un rival fuerte y en un escenario complicado, el talento del jugador del Ipswich Town brilló con luz propia. Desde el inicio del encuentro, Enciso mostró su compromiso con el equipo: pidió la pelota, gambeteó, buscó socios en ataque y su mirada siempre estuvo fija en el arco rival.
En el primer tiempo ya había dado señales de peligro, pero lo mejor estaba por venir. En la segunda mitad, con la Albirroja necesitada de un golpe anímico, la «Joya» sacó su mejor truco. En una jugada de otro nivel, dejó en el camino a tres colombianos, humilló a Carlos Cuesta con una gambeta exquisita y sacó un derechazo formidable que se clavó en el ángulo superior izquierdo de Camilo Vargas. Un gol de otro partido, un gol que recordó a las mejores épocas del fútbol paraguayo.
Con su juventud, talento y desparpajo, se consolida como el futbolista diferente de la Albirroja, el que puede cambiar un partido en cualquier momento. En una eliminatoria exigente, Paraguay necesita jugadores con su carácter y calidad para seguir soñando con la Copa del Mundo.
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