Aunque Khelif nació con órganos reproductivos femeninos, sus niveles de testosterona son más altos que los de la mayoría de las mujeres, lo que ha suscitado controversia tras su descalificación en los Mundiales de Boxeo 2023.
La controversia se intensificó cuando Khelif participó en su primer combate olímpico, enfrentándose a la italiana Ángela Carin. Carin se retiró a los 46 segundos del combate, después de recibir dos fuertes golpes, lo que puso nuevamente en discusión la equidad de permitir que Khelif compita en la categoría femenina.
La ministra italiana de Familia, Natalidad e Igualdad de Oportunidades, Eugenia Roccella, expresó su *_»gran preocupación» por la participación de deportistas con niveles de testosterona elevados, calificandola de «competencia desigual y potencialmente peligrosa»_*.
A pesar de su descalificación previa por parte de la Asociación Internacional de Boxeo (IBA), que consideró que Khelif posee *_»ventajas competitivas sobre otras competidoras femeninas»*_. El Boxing Task Force (BTF), organismo del Comité Olímpico Internacional (COI) que supervisa el boxeo en los Juegos Olímpicos, permitió su participación.
Con su próximo combate programado para el 3 de agosto, la controversia sigue latente en torno a la boxeadora argelina Imane Khelif, destacando la urgencia de desarrollar políticas claras y equitativas que respeten tanto los derechos de los atletas como la integridad de las competencias deportivas.