Este torneo, celebrado por primera vez en 57 años de historia del movimiento, reunió a delegaciones de más de 40 países y se desarrolló bajo el modelo competitivo de FIBA.
Paraguay no solo compitió: emocionó, inspiró y dejó una huella profunda. Las jugadoras demostraron disciplina, entrega y un corazón gigante en cada encuentro, representando al país con orgullo y defendiendo los valores fundamentales del deporte inclusivo. Su actuación sólida, combativa y llena de entusiasmo las llevó a superar a potencias internacionales y abrazar un título que trasciende lo deportivo.
El certamen contó con 20 equipos masculinos y 18 femeninos, todos reunidos en una celebración que exalta la inclusión, la igualdad de oportunidades y el desarrollo deportivo sin barreras. En ese marco histórico, Paraguay se erigió campeona y reafirmó una vez más su presencia creciente en los escenarios deportivos internacionales.
Hoy el país celebra talento, diversidad, sueños cumplidos y una conquista que impulsa con más fuerza el crecimiento del deporte unificado en territorio nacional.














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