La temporada empezó torcida para el club franjeado. Tras haber conquistado el Clausura 2024, Olimpia tenía la ilusión de volver a competir en lo más alto, pero los golpes comenzaron muy temprano. En enero perdió la Supercopa ante Libertad, un aviso de lo que vendría en los siguientes meses.
En la Copa Libertadores, el papelón fue aún mayor. El equipo quedó último en su grupo, después de ser derrotado por el debutante San Antonio Bulo Bulo de Bolivia, sufrir una goleada 0-4 de local frente a Vélez y despedirse del certamen sin chances de avanzar siquiera a la Sudamericana.
El Torneo Apertura tampoco trajo alivio: Olimpia terminó quinto con 33 puntos, sin protagonismo en la recta final. La dirigencia realizó una renovación del plantel para el Clausura, pero los resultados no mejoraron. El golpe más duro fue perder un clásico increíble ante Cerro Porteño, luego de estar arriba 2-0.
Y como si fuera poco, el último mazazo llegó esta semana en Itauguá: el Atlético Tembetary, un club que pelea por no descender, eliminó al Decano de la Copa Paraguay en tanda de penales, aumentando la crisis futbolística e institucional en Para Uno.














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