Tras varios cambios de técnicos, la selección paraguaya llegaba a una nueva etapa con la necesidad de recuperar la motivación y el compromiso de los jugadores. El estratega Alfaro entendió que el trabajo emocional sería clave para lograr este cometido.
El nuevo director técnico se ha enfocado en fortalecer el vínculo de los futbolistas con la camiseta y el escudo de la selección, recuperando el amor por la institución y la pasión por defender los colores del país. Asimismo, ha trabajado en infundir confianza en el talento y la calidad del plantel, haciéndoles creer que pueden competir de igual a igual incluso contra selecciones de renombre como Brasil.
Este renovado enfoque emocional ha generado una transformación notable en el rendimiento de la selección paraguaya, que con los mismos jugadores se ha convertido en un equipo mucho más cohesionado, motivado y competitivo. Una valiosa lección que trasciende al ámbito futbolístico y que puede ser aplicada en diversos campos para alcanzar el éxito.
Escrito por: Juan Cruz Cellammare.
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