A continuación, analizamos los puntos clave de este Cerro Porteño de cara al último superclásico del año:
Virtudes: armas de peso en ataque y equilibrio en el mediocampo
Uno de los mayores baluartes de Cerro Porteño es su delantero, Francisco Da Costa. El atacante ha demostrado ser la pieza más determinante del equipo y en quien está depositado gran parte de las esperanzas azulgranas. Con su potencia y habilidad en el área, Da Costa puede convertirse en una verdadera pesadilla para cualquier defensa.
En el mediocampo, Robert Piris da Motta es el eje que mantiene el equilibrio del equipo. Su capacidad para cortar el juego rival y dar orden al equipo lo convierte en una figura crucial. Su liderazgo y consistencia aportan seguridad en una temporada que ha sido todo menos estable.
Defectos: irregularidad y fragilidad defensiva
A pesar de contar con figuras importantes, Cerro Porteño ha sido víctima de una irregularidad constante a lo largo de todo el 2024. Si bien el equipo mostró signos de recuperación bajo el mando de Manolo Jiménez en el Torneo Apertura, el golpe sufrido ante Sportivo Luqueño fue un punto de inflexión negativo.
Desde entonces, el rendimiento ha oscilado entre triunfos aislados y decepciones consecutivas, lo que ha generado frustración entre sus hinchas y ha dificultado mantener una racha ganadora.
Otro de los puntos débiles del equipo ha sido su fragilidad defensiva. La zaga de Cerro ha mostrado muchas vulnerabilidades, algo que ya no se puede esconder, ni siquiera bajo las buenas actuaciones del arquero Jean Fernandes.
Los errores defensivos han costado puntos valiosos y han dejado al Ciclón en una posición incómoda de cara al clásico, ubicándose a seis unidades del puntero Olimpia.
