Primero, su viaje en tren fue cancelado debido a un supuesto temporal en el trayecto. Luego, los esfuerzos del Comité Olímpico Paraguayo y la APF por alquilar un vuelo privado se vieron frustrados también por cuestiones climáticas.
El equipo perdió aproximadamente 12 horas entre una estación de tren y un aeropuerto en París, sin poder descansar ni alimentarse adecuadamente tras el exigente partido ante Malí.
Esta situación ha generado preocupación tanto en el equipo como en los dirigentes, quienes han expresado su frustración por la falta de soluciones y apoyo de la organización olímpica local.
Finalmente, ante la imposibilidad de viajar a Marsella, la delegación paraguaya decidió alojarse en un hotel en París para descansar antes de intentar nuevamente el traslado el jueves.
Esta serie de contratiempos no solo ha afectado la preparación física y mental de los jugadores, sino que también ha generado una gran indignación en el entorno del fútbol paraguayo.














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