«Estamos iniciando las negociaciones para que la final del Mundial de Clubes pueda disputarse en Río de Janeiro luego de que Tokio renunciara al evento», admitió el funcionario.
Paulo dijo además que las mismas negociaciones incluyen a la alcaldía de la ciudad, la FIFA, la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y el club Flamengo, el más popular de Brasil y que es el actual administrador del estadio Maracaná. «Estamos conversando con todos para que la ciudad pueda albergar la sede del Mundial», agregó.
Pese a que Brasil es el segundo país en número de muertes por COVID-19 en el mundo y el tercero en número de contagios, la reducción del promedio diario de fallecimientos y de casos a sus niveles más bajos en varios meses llevó a la Alcaldía a autorizar la reapertura del Maracaná para partidos de campeonatos nacionales.
De darse la confirmación de la sede, el Barcelona de Ecuador iría como representante de Conmebol a pesar de lo que suceda con las semifinales y la hipotética final, ya que según el reglamento, en esta competición no pueden jugar dos equipos del mismo país, por lo que los ecuatorianos estarían al pendiente de dicha decisión, la cual queda en manos del máximo ente del fútbol mundial.