La Navidad, según la Biblia Reina Valera 1960, es mucho más que adornos, regalos y celebraciones. Es el recordatorio del inmenso amor de Dios, quien envió a Su Hijo unigénito para salvarnos. Sin embargo, la sociedad moderna ha distorsionado este tiempo sagrado, transformándolo en una temporada de consumismo, excesos y desenfreno.
En Filipenses 4:5-7, se nos insta a vivir con templanza y paz, presentando nuestras peticiones al Señor con acción de gracias. ¿Qué lugar ocupa Cristo en nuestras celebraciones navideñas? ¿Es Él el centro de nuestras reuniones, o nos hemos dejado llevar por las costumbres de este mundo?
El nacimiento de Jesús nos recuerda que la verdadera paz y felicidad no se encuentran en lo material, sino en la reconciliación con Dios y en el amor hacia nuestro prójimo. En este tiempo, debemos volver a lo esencial: reflexionar en el mensaje del evangelio, compartir la esperanza de Cristo con otros y vivir conforme a Su palabra.
Que esta Navidad sea una oportunidad para redescubrir el verdadero significado de este tiempo. Dejemos atrás el bullicio del mundo y acerquémonos al pesebre con un corazón humilde y lleno de gratitud. Recordemos siempre las palabras de Mateo 1:23: «Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros». Este es el regalo más precioso que podemos recibir y compartir.