En comunicación con Carlos Portillo, presidente de Arachaco, se detalló que la ruta, que atraviesa los departamentos de Boquerón y Alto Paraguay, se encuentra en un estado de mantenimiento constante, con trabajos de limpieza de franjas de dominio y acondicionamiento. “Estamos trabajando de manera continua y coordinada. Gracias al apoyo del presidente de la República, de los gobernadores de Boquerón y Alto Paraguay, así como del diputado Fran Petersen, hoy podemos avanzar de manera satisfactoria”, explicó Portillo.
Respecto al proyecto de factibilidad de pavimentación, Portillo indicó que los estudios fueron elaborados por una empresa consultora y ya se encuentran en manos del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) para su análisis técnico. “Cumplimos con los plazos previstos y la próxima semana tendremos una reunión para revisar los estudios y determinar si se requiere algún complemento antes de remitir el proyecto al Ministerio de Economía para obtener el código SNIP, que permitirá la inversión estatal”, detalló.
La iniciativa contó con financiamiento mixto del sector privado, liderado por Arachaco y la Asociación Agropecuaria Aguadulce (APAD), con aportes voluntarios de productores y usuarios de la ruta. Este esquema refleja el interés del sector productivo en garantizar la infraestructura vial necesaria para mantener la productividad y eficiencia logística en la región.
Portillo destacó que la Ruta PY16 no solo beneficia a Paraguay, sino que también establece una conexión estratégica con Bolivia y Brasil. “Bolivia avanza con su tramo Roboré-Aguadulce y está interesada en conectar sus productos hacia los puertos paraguayos de mayor calado. Del mismo modo, los productores de Mato Grosso Norte buscan salir por el sur a través de Paraguay y la bioceánica”, señaló.
En términos de impacto económico y social, la ruta actúa como columna vertebral del Chaco paraguayo, facilitando el transporte de ganado, soja, algodón y otros productos. Portillo indicó que la infraestructura existente ya no puede sostener el nivel de productividad actual, especialmente durante la cosecha o en épocas de lluvias, lo que subraya la urgencia de pavimentar la vía para mantener la competitividad de la región.
Además de la pavimentación, los trabajos incluyen mejoras en infraestructura comunitaria, como la construcción de tajamares y reservorios de agua, beneficiando a comunidades indígenas y asentamientos locales. “Cada inversión en camino también se traduce en desarrollo social y calidad de vida para las poblaciones aledañas”, destacó Portillo.
El presupuesto estimado del proyecto ronda los 300 millones de dólares, con un tiempo de ejecución proyectado de dos a tres años, dependiendo del cronograma final que defina el MOPC, incluyendo la división en tramos y la licitación correspondiente. La planificación contempla la selección de materiales y el tipo de pavimento más adecuado para garantizar durabilidad y tránsito seguro en toda la extensión de la ruta.
Finalmente, Portillo enfatizó que la Ruta de la Carne representa una inversión estratégica que transformará la logística y la economía del Chaco, consolidando a Paraguay como un nodo central para el transporte de productos hacia mercados internacionales. La expectativa del sector privado y de las autoridades es que esta obra no solo impulse la productividad, sino que también fomente la integración regional, la generación de empleo y el desarrollo sostenible de las comunidades chaqueñas.