Este fin de semana, un camión de gran porte volcó y terminó dentro de una rotonda en inmediaciones del inicio de la conocida “ruta de la leche”, en el Chaco paraguayo. El vehículo, que venía desde Asunción con destino a Bolivia —país de donde es originario—, sufrió el accidente en horas de la madrugada, cuando su conductor no logró divisar la rotonda a tiempo.
Afortunadamente, el chofer salió ileso, pero el hecho volvió a poner bajo la lupa la infraestructura vial en la Transchaco, una arteria clave que conecta la Región Oriental con el corazón del Chaco paraguayo. Según denuncias de camioneros y automovilistas frecuentes, las rotondas ubicadas a lo largo de este tramo se convierten en verdaderas trampas mortales por su escasa iluminación, la falta de señalización adecuada y una aparente ausencia de criterios técnicos en su diseño e instalación.
“No es la primera vez que pasa algo así”, señalan conductores que recorren habitualmente la ruta. Agregan que la visibilidad nocturna es mínima y que las rotondas no cuentan con alertas previas ni señalización reflectiva suficiente para advertir su presencia con tiempo.
El incidente reabre la necesidad urgente de revisar el diseño y la seguridad de estas estructuras viales que, lejos de ordenar el tránsito, están generando riesgos innecesarios para quienes circulan por la Transchaco, especialmente de noche.














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