El denunciante expresó que la familia Hiebert se dedica a la producción de cebolla, entre otras cosas, hace 23 años. “Desde 2019 trabajamos en nuestro campo en Picada 500, y esta sería nuestra sexta zafra”, relató Hiebert. Añadió que, sin embargo, esta semana el establecimiento familiar fue abruptamente allanado cuando agentes de la DNIT irrumpieron en la misma; filmaron el lugar y horas después (el jueves 16) incautaron un cargamento completo de cebolla, alegando sospecha de contrabando.

Recordó que el primer procedimiento ocurrió el miércoles 15 pasado, cuando un camión que transportaba 1.600 bolsas fue detenido y trasladado a la aduana de Mariscal Estigarribia. Al día siguiente, los agentes regresaron acompañados de más funcionarios públicos, con una orden de allanamiento.
BOLSAS DE SEGUNDA MANO, SOLO PARA LA CEBOLLA DESCARTADA
Comentó que entraron con fiscales, funcionarios de SENAVE y policías. “Les mostré el tinglado donde clasificamos la cebolla, y ahí encontraron unas 3.800 bolsas vacías con marcas argentinas y brasileñas; además de 290 bolsas con cebolla de merma”, explicó el productor.
Según Hiebert, esas bolsas con inscripciones extranjeras no eran utilizadas para comercialización, sino únicamente para almacenar el descarte del producto, ya que “son más baratas que las nuevas”. Aseguró que, para la venta en el mercado interno, utilizan exclusivamente bolsas nuevas y debidamente etiquetadas.
Lamentó que, aun así, los funcionarios procedieran a incautar toda la producción, incluyendo, las 3.200 bolsas de cebolla listas para el mercado nacional, que se encontraban bajo el tinglado, en bolsas nuevas y correctamente seleccionadas. “Se llevaron todo en camiones a la aduana de Mariscal, y luego trasladaron la carga a Asunción, al depósito de la empresa GICAL”, detalló.
“NOS ESTÁN DEJANDO EN LA RUINA”
En ese sentido, el productor lamentó que su mercadería se encuentre ahora a la intemperie, bajo la lluvia, lo que está provocando un rápido deterioro de la cebolla y una pérdida significativa de calidad. “Ya se pueden ver los daños, y eso representa un perjuicio enorme para nosotros. Todo el trabajo de meses, perdido”, expresó con impotencia.
Hiebert asegura que toda su producción es de origen nacional, cultivada en suelo chaqueño, y exige a las autoridades una investigación seria y una pronta restitución de los bienes incautados. “Nos sentimos atropellados. No hubo una verificación técnica justa ni una oportunidad de demostrar el origen de nuestra producción. Todo esto nos está dejando en la ruina”, concluyó el productor.