Presidente de Neuland: “Un pueblo que conoce su historia puede comprender su presente y construir su futuro”

El pasado sábado 5 de junio, la emblemática Colonia Neuland celebró sus 75 años de historia en el territorio chaqueño. En conmemoración a ello, el Presidente de Neuland, Heinz Alfred Bartel, brindó unas emotivas palabras de agradecimiento en honor a los antecesores que lograron consolidar a Neuland como una Colonia, así también, trasmitió un fervor mensaje a todos sus compueblanos.

A continuación, parte del discurso del Presidente de la Cooperativa Neuland, en el acto del aniversario N° 75 de la Colonia:

“Con profunda emoción les saludo en este día y año histórico y les expreso mis más sinceros agradecimientos por honrarnos con su presencia y por compartir con la gente de Neuland el significado en todas sus dimensiones, lo que representa para nosotros cumplir 75 años de vida y permanencia en esta, nuestra nueva tierra, nuestro hogar y nuestra patria. Un pueblo que no conoce su historia, no puede comprender el presente, ni construir su porvenir”, lo dijo el conocido excanciller alemán Helmut Kohl. Permítanme estimados presentes, girar la frase en el sentido positivo “Un pueblo que conoce su historia puede comprender su presente y tiene las bases para construir su futuro y su porvenir”.

En otra parte de la exposición, hacía un llamado a todos sus compueblanos a asumir los siguientes compromisos:

El primer compromiso o legado es el de GRATITUD.

Gratitud a Dios el Soberano, que con su gracia y omnipresencia rescato, guio e ubicó de nuevo a nuestro pueblo. 

Gratitud al Estado Alemán que hizo posible la huida y la radicación en los primeros años de la postguerra en suelo alemán.

Profunda gratitud al estado del Paraguay y al pueblo paraguayo que recibió con brazos abiertos y en forma incondicional a nuestros pioneros.

Y gratitud al Comité Central Menonita y a nuestras Colonias y hermanos vecinos Chortitzer y Fernheim por la ayuda desinteresada y solidaria en la época del asentamiento. Nunca dejemos de ser agradecidos en la vida.          

El segundo legado o compromiso es el de la PERSEVERANCIA ante la adversidad.

No importando el territorio agreste, situaciones climáticas extremas, plagas, aislamiento o una emigración de aproximadamente cincuenta porcientos de la población a consecuencia de lo recién citado, el pueblo de Neuland persevero. Créanme apreciados presentes, este compromiso y desafío sigue viviéndose en el presente y se vivirá también en el futuro.

El tercer legado es el de RECORDAR, CONSTRUIR Y VIVIR a diario los valores fundamentales de una sociedad. En Neuland nos propusimos los siguientes valores: Amabilidad, integridad, solidaridad, responsabilidad y respeto.

Una sociedad sin valores es una sociedad vacía y condenada al fracaso.

El cuarto compromiso es el INVOLUCRAMIENTO (y me refiero acá al de cada ciudadano)

Involucramiento en la construcción del presente y futuro de nuestra sociedad multicultural de Neuland, de nuestro distrito, de nuestro departamento y de nuestro país.

Involucrarnos también en el sentido de la aplicación, transmisión y defensa de los valores recién mencionados.

Por último, hacía mención acerca de la lucha de los primeros inmigrantes por conformar lo que hoy significa Neuland y llama a todos los jóvenes a seguir construyendo el futuro de la Colonia:

“Nuestros antepasados huían hace 75 años de una realidad donde predominaba la expropiación, la pérdida de las libertades personales y colectivas, la persecución por credo o religión, la imposición de ideologías y sistemas educativos forzados. Hoy después de 75 años nos parece hasta absurdo que situaciones parecidas podrían amenazarnos. Pero me animo a decir que solo nuestro involucramiento personal y colectivo evitará que la historia se repita”.

Queridos pioneros de Neuland a Ustedes va dirigido nuestro respeto y nuestra admiración por haber posibilitado ser lo que hoy somos y sobre todo por su legado imborrable para las generaciones futuras.

Queridos jóvenes de Neuland comprométanse a seguir construyendo una sociedad íntegra, solidaria y amable donde cada uno asume su responsabilidad y el respeto por los demás.

Y no dejemos que el individualismo o el progreso económico circunstancial nos marquen la hoja de ruta en la construcción de nuestro porvenir. Honrar el pasado y comprometernos con el futuro.

De esta manera, Heinz Alfred Bartel finalizaba su discurso, en el marco de los 75 años de Neuland.

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