La cuestión de la sequía en combinación con las altas temperaturas percibidas en los últimos días en el Chaco, hizo que la problemática se agudizara aún mucho más, ya que, de los aljibes vacíos ahora algo más preocupante se sumó al flagelo de los chaqueños, el intenso calor, que se cobró la vida presumiblemente de más de 10 personas.
Entre la serie de reportes resalta el caso de un operador de tractores en el departamento de Alto Paraguay, quien fue encontrado sin vida sobre su maquinaria, al igual que otros casos en el departamento de Boquerón, en donde las víctimas fueron encontradas en las veredas, en sus propias viviendas o sus sitios laborales.
La RCC estuvo en entrevista con el agente fiscal de Filadelfia, César Sosa, quien refirió que la cantidad de fallecidos se encuentra entre 10 a 12 personas, quienes perecieron por la denominada “muerte súbita” tras sufrir un infarto al miocardio por la ola de calor, asimismo, destacó que todos ellos se encontraban entre los 40 a 60 años de edad.
“Los fallecidos fueron hallados en diferentes circunstancias, algunos fueron encontrados en la vía pública, otros en sus domicilios y otros en sus lugares de trabajo. Se arribó a la conclusión, a raíz de la opinión de los especialistas que estas muertes fueron producto o a consecuencia de un infarto al miocardio atribuibles al intenso calor que tuvimos la semana pasada”, afirmó el fiscal.
Esta situación consternó a toda la población local y el país entero, al contar con tales hechos atípicos y en demasía en solo pocos días, por lo que se insta a toda la ciudadanía a tomar medidas de precaución como la de no exposición al sol en caso de no ser muy necesario y la buena hidratación. En ese sentido, se apela así también, a las patronales con el personal expuesto a elevadas temperaturas a considerar pausas para evitar que los trabajadores se encuentren muy vulnerables en momentos críticos.
En todo esto es importante mencionar también, que los animales han resultado igual de afectados, ya que, se han registrado una cantidad de animales silvestres hallados en ruta muertos o con una gran deshidratación, lo cual termina por reflejar el panorama difícil con el que se ve identificado hoy el Chaco paraguayo, teniendo como principal flagelo, la azotante sequía.
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