En los últimos días, ha surgido un notable descontento en torno a la postura de varias instituciones estatales que han decidido no seguir la línea del gobierno paraguayo, que defiende firmemente los valores Pro Vida y Familia. Paraguay es conocido por su postura frente a la injerencia extranjera y por proteger su soberanía, la vida y la familia como pilares fundamentales de su identidad nacional.
La Universidad Nacional de Asunción (UNA) ha sido una de las instituciones que ha causado más polémica. Recientemente, la Facultad de Ciencias Sociales de la UNA celebró el mes del orgullo LGBTQ+, generando una ola de indignación y cuestionamientos en todo el país. Esta acción, que promueve la inclusión de la ideología de género, contradice los valores que el gobierno paraguayo ha defendido históricamente, desatando un debate sobre la coherencia y el cumplimiento de los principios constitucionales del país.
Asimismo, la Facultad de Arquitectura, Diseño y Arte de la UNA también participó en estas celebraciones, sumándose a las actividades del mes del orgullo LGBTQ+. Estas acciones han sido percibidas por muchos como una falta de respeto a los lineamientos del gobierno y a los valores de la comunidad paraguaya.
Las redes sociales se han llenado de reacciones, con ciudadanos expresando su preocupación y rechazo hacia estas celebraciones que no cuentan con la aprobación del gobierno ni de la mayoría de la comunidad paraguaya. Este desacuerdo ha puesto en evidencia una clara disonancia entre las acciones de algunas instituciones educativas y las políticas pro vida y familia que el gobierno de Paraguay promueve y defiende.
Es fundamental que las autoridades pertinentes tomen medidas para garantizar que las universidades del estados espeten y sigan los lineamientos constitucionales y los principios que el gobierno ha establecido. La coherencia entre las políticas gubernamentales y las acciones de las instituciones estatales es esencial para mantener la unidad y los valores que Paraguay ha elegido defender.