Laberinto Vegetal: único en su tipo en nuestro país, es uno de los sitios más visitados hoy día cerca de Filadelfia

Se trata del único laberinto vegetal del país, un lugar que invita a perderse entre los senderos de su complejo meandro y vivir la inigualable emoción que se experimenta al encontrar la salida. El premio para quien llegue al mirador es el disfrute del cautivante paisaje chaqueño.

Laberinto Vegetal: único en su tipo en nuestro país, es uno de los sitios más visitados hoy día cerca de Filadelfia

Hace dos años que Syl­via Klassen de Wiens (32) y su esposo Thomas Wiens (34) decidieron habilitarlo al público como una manera contribuir con el crecimiento del turismo chaqueño y para que más personas pudieran conocer y disfrutar de esta verdadera obra de arte de la jardinería. Tiene 40 metros de ancho y 100 metros de largo y fue totalmente ideado, diseñado y armado por el pro­pio matrimonio.

Thomas y Sylvia Wiens, propietarios del Laberinto Vegetal

Tuvieron que pasar ocho años de trabajo denodado y perseverante para que una joven pareja de Filadelfia materializara un sueño familiar: tener su pro­pio laberinto vegetal. Único en su tipo en nuestro país, se trata de uno de los sitios más visitados hoy día en Filadelfia. A diario recibe la visita de turistas de todas partes del país, y también del exterior, ávidos de conocer este com­plejo entramado de arbustos, de pasadizos, senderos y vías que forman un meandro solo visto antes en libros, revistas o películas.

Vista del Laberinto con ayuda del dron

“De niña viajaba mucho con mis padres a Argentina y Brasil en busca de laberintos, y los encontramos en ambos países. Ella (mamá) siempre dijo que quería tener un laberinto en Asunción y nunca lo pudo cumplir. Cuando me mudé a Filadelfia, con mi esposo, que es agricultor, le dije que tenía el deseo de plantar un laberinto y así comenzamos hace ocho años, aunque al principio tuvimos dificultades como plagas, sequía y helada”, explicó la propietaria.

“El laberinto está hecho de plantas llamadas Pilcomayo, por ser un arbusto que crece en la zona del río Pilcomayo y no necesita agua, al menos ya a la altura que tiene”, agregó Wiens, quien junto con su marido está preparada para recibir a quienes quieran conocer el lugar. “Se puede visitar el laberinto. Está abierto las 24 horas y como Filadelfia no es muy grande, decidimos implementar una forma de pago que trajimos de Alemania, que es colocar una caja y un cartel indicador y abonar el ingreso. El recorrido tiene un costo de G. 10.000”, señaló.

“La gente se muestra muy impresionada por el lugar porque es algo único en el país. Realmente, lo pueden hacer durante todo el año, pero en el verano lo recomendable es venir a la mañana y al atardecer por el calor. El mirador del laberinto es especialmente lindo para disfrutar durante el ocaso”, dice Sylvia

Cada 3 meses el laberinto entra en mante­nimiento. “Se cortan todas las plantas, de los dos lados y de arriba y se les da forma. Es un gran trabajo porque el cui­dado es permanente por los yuyos que crecen muy rápido y eso también hay que sacar”, afirma Sylvia. Aunque la visita se puede hacer sin previa reserva, Sylva deja este número para contactarlos: (0981) 203-782. El lugar puede ser ubicado en Google Maps bajo la coorde­nada de Laberinto Vegetal Filadelfia.

 

Salir de la versión móvil