Filadelfia, RCC.- El sitio es estrategico, están a la vista de todos en la avenida central de la ciudad, oportuno para conseguir la mayor cantidad de clientes posibles, cada día aparecen nuevas familias que se instalan por 24 horas, con improvisadas ramas y sabanas intentan hacer sombra para aplacar el intenso sol y evitar que las frutas se pudran rápido.
Lo único malo es que detrás mismo a escasos centímetros, un cartel indica la prohibición de permanencia de vendedores ambulantes mediante la ordenanza municipal 35/99. Los productores explican que no existe otro lugar posible o factible para comercializar los productos y muchas veces ni siquiera tienen medios para sacar la producción de la huerta.
María Ortiz, madre y productora de la zona de Laguna Negra lamentó que tengan que sacrificarse tanto para poder conseguir el sustento para la familia, «venimos bajo el caluroso sol, así como ven, queremos mantener a nuestra familia, gracias a Dios estos son nuestros productos de huerta que sacamos, el gobernador una vez nos dijo que ya no nos íbamos a sentarnos bajo el sol, pero estamos igual, necesitamos sombra, queremos vender nuestra sandía así que tenemos que aguantar así», comentó en idioma guaraní.
Las familias indígenas agradecieron las gestiones desde la Gobernación a través de la Secretaría de Pueblos Originarios para el traslado de los productos mediante camiones, sin embargo, necesitan un sitio adecuado y que esté en armonía con las ordenanzas municipales, no piden mucho solo un techo seguro que les proporcione sombra.
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