El mayor problema del país ya no es su mediterraneidad geográfica, «sino mental», aseveró Santiago Peña

El presidente de la República, Santiago Peña, pronunció un discurso cargado de simbolismo y visión estratégica durante el acto por el 85º aniversario del Centro de Armadores Fluviales y Marítimos (CAFyM), realizado en el histórico Puerto de Asunción. Allí, donde durante siglos confluyeron culturas, mercancías e ideas que forjaron la identidad productiva del país, el mandatario planteó una reflexión profunda sobre el rumbo del Paraguay: el principal desafío nacional ya no es la mediterraneidad geográfica, sino la mediterraneidad mental.

El mayor problema del país ya no es su mediterraneidad geográfica, «sino mental», aseveró Santiago Peña

Peña evocó el rol histórico del puerto como “punto de choque de culturas”, receptor de bienes, esperanzas y oportunidades durante casi 500 años. En ese mismo escenario, destacó que CAFyM, con más de ocho décadas de servicio, es el ejemplo más nítido del esfuerzo conjunto que permitió que un país sin salida al mar se convirtiera en potencia fluvial. En esta línea, afirmó que la vieja visión que concebía la mediterraneidad como una condena ha quedado atrás. “Lo que antes nos limitaba, hoy es nuestra mayor fortaleza”, remarcó, subrayando que la posición geográfica del Paraguay lo habilita a convertirse en el centro de conectividad y distribución de Sudamérica.

El presidente resaltó que esta transformación no es teórica: está respaldada por logros concretos. Paraguay posee la tercera flota de barcazas más grande del mundo y moviliza vía fluvial más del 80% de su comercio exterior. “El transporte fluvial no es solo una actividad económica: es la forma en que vivimos y respiramos, moviendo el presente y el futuro de un continente entero”, expresó.

Sobre el papel del sector privado, Peña reconoció el liderazgo del gremio naviero, al que calificó como un guardián de los derechos paraguayos en la hidrovía. Recordó episodios como el bloqueo de 2010 y las tensiones periódicas en el Mercosur, donde CAFyM mantuvo firme la defensa de la soberanía logística del país.

En materia de infraestructura, el mandatario destacó avances decisivos: el rompimiento de 13 pasos duros en el río Paraguay, la nueva licitación para el dragado de mantenimiento en los ríos Paraguay y Paraná y el exitoso derrocamiento del remanso Castillo, un logro técnico impulsado por el trabajo conjunto entre el sector público y privado. “Cuando avanzamos con un objetivo común, demostramos que no hay límite para lo que Paraguay puede lograr”, afirmó.

DIRECCIÓN DE MARINA MERCANTE

Mirando al futuro, Peña anunció que el desafío institucional clave hacia 2026 será la creación de la Dirección Nacional de la Marina Mercante, organismo encargado de gestionar la hidrovía, promover nuevos astilleros, mejorar el acceso a puertos y elevar el nivel de formación de tripulantes paraguayos bajo estándares de la Organización Marítima Internacional (OMI). Esta profesionalización, señaló, será crucial para un sector que ya emplea a más de 15.000 paraguayos de manera directa.

El presidente cerró su discurso con una convocatoria a cambiar paradigmas y abandonar lo que definió como la “mediterraneidad mental”, una barrera intangible que todavía impide a muchos ver la verdadera dimensión del potencial paraguayo. Llamó a construir “una hidrovía más eficiente, segura y competitiva”, y destacó que el futuro del país no debe depender de factores coyunturales, sino del compromiso colectivo: “Que el crecimiento del Paraguay nunca dependa de la altura del río, sino de la altura de nuestra determinación”.

Con este mensaje, Peña reafirmó la apuesta del Gobierno por un Paraguay que deje atrás sus complejos y asuma plenamente su destino como centro de convergencia logística del Cono Sur.

 

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