Aunque el grueso del Valor Agregado Bruto (VAB) agrícola (77,7%) sigue concentrado en el Este (Alto Paraná, Itapúa, Caaguazú), el dinamismo en el crecimiento del sector demuestra una buena participación de la región Occidental.

Por ejemplo, el departamento de Boquerón, en el Chaco Central, fue uno de los territorios con mayor incidencia en el aumento del VAB agrícola, aportando 0,4 puntos porcentuales (p.p.) al crecimiento total. Esta contribución coloca al Chaco junto a los gigantes tradicionales (Alto Paraná e Itapúa) en la generación de crecimiento agrícola, evidenciando una diversificación productiva en la región.
El segmento de Ganadería y afines registró un espectacular crecimiento del 9,3% en 2024, impulsado por el aumento sostenido en la producción de ganado vacuno, porcino y aves. En este rubro, el rol del Chaco es protagonista y fundamental:
Estructura del Valor Agregado: Los departamentos chaqueños de Presidente Hayes (9,5%) y Boquerón (8,1%) son indispensables, explicando conjuntamente el 17,6% del valor agregado total de la actividad ganadera, posicionándose inmediatamente después de Caaguazú y Concepción.
Aporte al Crecimiento: El departamento de Alto Paraguay, ubicado en el Chaco Boreal, demostró un impacto significativo al contribuir con 1,1 p.p. al crecimiento del sector, igualando el aporte de Alto Paraná.
Estos datos confirman que la inversión y la producción sostenible en el Chaco están marcando la pauta para el stock ganadero del país, siendo un factor decisivo detrás del fuerte crecimiento anual del 9,3%.
LA MANUFACTURA: INDUSTRIALIZANDO LA PRODUCCIÓN CHAQUEÑA
El crecimiento del sector primario se irradia a la Manufactura, que registró un alza del 4,5%. Aquí, el impacto del Chaco se vincula directamente con la cadena de valor de la carne.
En ese sentido, el departamento de Presidente Hayes registró un crecimiento del 12,6% en su actividad manufacturera, un salto explicado casi totalmente por el incremento en la producción de carne. Este dato subraya que el Chaco no solo produce materia prima de alta calidad, sino que también está consolidando la industrialización de esa producción dentro de su territorio.
En conclusión, el Chaco paraguayo se destaca no solo como una reserva estratégica de recursos naturales, sino como una potencia productiva que, con su aporte en agricultura y su liderazgo insustituible en ganadería e industrialización de la carne, es clave para la competitividad y el futuro económico sostenible de Paraguay.














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