El Chaco Central volvió a quedarse sin luz el domingo, cuando un corte de energía se prolongó por más de cinco horas. Según un comunicado emitido a través de Redes y Servicios Fernheim, la ANDE informó que la interrupción del servicio se debió a un cable suelto en la línea de 220KB. Si bien los equipos técnicos ya estaban trabajando en la reparación, la ANDE no pudo ofrecer un tiempo estimado para el restablecimiento total del servicio. Además, la empresa solicitó a los usuarios que evitaran el uso de aires acondicionados para maximizar la distribución de la energía, que se realizaría de manera rotativa.
Este tipo de situaciones ha comenzado a convertirse en un hecho repetitivo en la región. Aún no ha comenzado el verano, y los cortes de energía se presentan con más frecuencia, generando preocupación entre los habitantes del Chaco Central. La incertidumbre es palpable, ya que cada vez que se va la luz, el mismo guion se repite: un mensaje de “paciencia” y “colaboración” por parte de las autoridades, pero sin soluciones de fondo que eviten que estos problemas se repitan en el futuro.
La ANDE parece no estar a la altura del desafío que presenta una región tan extensa y calurosa como el Chaco. ¿Cómo es posible que, en pleno 2024, sigan siendo comunes los cortes de energía prolongados debido a fallas en la infraestructura? El Chaco Central, con su importancia estratégica en la producción agropecuaria y su creciente población, no puede seguir siendo un punto ciego para las inversiones necesarias en infraestructura energética. Los ciudadanos merecen un servicio eléctrico fiable, no promesas vagas y soluciones temporales.
El calor del verano aún no ha llegado con toda su fuerza, y ya se percibe la preocupación de lo que podría suceder en los próximos meses. ¿Cuántas veces más se repetirá esta situación antes de que las autoridades tomen medidas serias? Si los cortes de energía se producen ahora, cuando las temperaturas aún no son extremas, es preocupante imaginar cómo será cuando el termómetro marque 50 grados y la demanda eléctrica aumente exponencialmente.
La ANDE y las autoridades nacionales deben dejar de abordar este problema con soluciones de emergencia. El Chaco Central necesita una infraestructura eléctrica que esté a la altura de sus necesidades. Las excusas ya no son suficientes; los habitantes de esta región no pueden seguir dependiendo de una red eléctrica tan vulnerable. La incertidumbre sobre el suministro de energía no solo afecta a los hogares, sino también a la producción y el comercio, que son motores clave para el desarrollo de la región.
Es urgente que se implementen planes a largo plazo que fortalezcan el sistema eléctrico del Chaco Central. No se puede seguir apostando por soluciones momentáneas cuando la región está creciendo y exigiendo un servicio básico y vital como la electricidad. Los cortes de energía continuarán, a menos que las autoridades tomen cartas en el asunto de forma decidida.
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