Corredor Bioceánico: Mujeres que construyen futuro en el corazón del Chaco

En pleno desarrollo del Corredor Vial Bioceánico, mujeres de comunidades indígenas y zonas rurales de Mariscal Estigarribia se destacan en distintos roles técnicos, sociales y operativos, marcando presencia y transformando realidades en el Chaco paraguayo.

Corredor Bioceánico: Mujeres que construyen futuro en el corazón del Chaco

En el Lote 1 del Tramo 3, en el corazón del Chaco paraguayo, mujeres provenientes de comunidades indígenas y sectores rurales participan activamente en la construcción de una obra que no solo conecta territorios, sino que también abre espacio a la inclusión, la equidad y el desarrollo humano.

Una de ellas es Patricia Dávalos, de la comunidad Santa Teresita, quien desde hace diez meses forma parte del equipo del Consorcio del Pacífico. Realiza tareas de albañilería, desde hormigón hasta pintura, y destaca el aprendizaje y el orgullo que representa su labor.

En el área de salud, Angélica Cabañas, técnica en enfermería, cumple un rol esencial. Coordina con el hospital local y ofrece atención diaria en el campamento, asegurando que la salud sea un pilar permanente en la vida laboral de los trabajadores.

La seguridad laboral también tiene liderazgo femenino. La ingeniera Julieta Ortega está al frente de la prevención de riesgos, las capacitaciones y el cumplimiento de las normas.

En lo ambiental, la ingeniera Silvia Larroza se encarga de implementar el plan de gestión, con supervisión de residuos, monitoreos de fauna y capacitación en prácticas sostenibles.

Actualmente, más de 160 personas trabajan directamente en este lote, generando además más de 400 empleos indirectos mediante proveedores y servicios locales. El impacto trasciende lo económico: alcanza a familias, emprendedores y comunidades enteras que hoy encuentran una oportunidad junto a la obra.

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