Sin ventiladores, sin agua corriente y en medio del intenso calor chaqueño, los docentes intentan mantener las clases como pueden. Los alumnos estudian a oscuras, escribiendo con la luz que ingresa por las ventanas. El director de la institución, licenciado Rumildo Portillo, expresó su preocupación por el impacto que los prolongados cortes generan en el aprendizaje y en las condiciones de trabajo: “Estamos sin luz desde hace más de dos días. Los niños estudian en la oscuridad y el calor es insoportable. Esta situación no es nueva; vivimos así cada vez que se corta la energía y nadie da una respuesta”, lamentó.

La falta de electricidad afecta también la conservación de alimentos, la comunicación y el funcionamiento de equipos esenciales en otras dependencias públicas. Portillo insistió en que los reclamos se multiplican, pero la respuesta de la ANDE y de las autoridades locales sigue siendo insuficiente.
Este nuevo episodio evidencia el abandono estructural que padece el departamento de Alto Paraguay, donde la precariedad del servicio eléctrico y la falta de mantenimiento de las líneas dejan a comunidades enteras desconectadas por días.
Mientras tanto, padres y docentes temen que las condiciones extremas obliguen a suspender nuevamente las clases, interrumpiendo un calendario escolar ya afectado por carencias de infraestructura y recursos básicos. “Estamos pidiendo algo elemental: luz para poder enseñar y estudiar dignamente”, concluyó el director.














Dejá tu comentario