El funcionario regional señaló que incidente más reciente se originó en la zona de Puerto Sastre, a unos 35 kilómetros del casco urbano. Comentó que una cruceta dañada, ubicada en una derivación hacia una comunidad indígena, provocó golpes del cable sobre una columna metálica, lo que causaba aterramientos intermitentes cuando el viento inclinaba la estructura.
No obstante, afirmó que, pese al difícil acceso por caminos intransitables tras las lluvias, una cuadrilla especializada logró ingresar finalmente al lugar y reparar el problema, aunque solo de forma provisoria y segura. “Hoy la energía está estable. El servicio está normalizado. Pero es una materia pendiente. Necesitamos completar los trabajos que no pudimos avanzar por la imposibilidad de entrar con camiones pesados”, explicó Estigarribia.
UN TERRITORIO ADVERSO PARA EL MANTENIMIENTO
El responsable de la ANDE detalló que el mantenimiento en la zona es extremadamente complejo: La línea atraviesa estancias privadas cuyos portones se cierran al caer la tarde. Existen riesgos de seguridad por abigeato y actividades delictivas. Las rutas y accesos colapsan con las lluvias, quedando vehículos y equipos varados.
Expresó que la búsqueda de fallas puede requerir recorridos a pie, en lancha o durante varias jornadas. “No es solo entrar y recorrer. A veces se trata de un aislador picado o un cable que roza una rama. Podés tener cientos de columnas y hay que revisar una por una”, afirmó. Dijo que en el último operativo, algunos funcionarios pasaron la noche en el monte, sin poder retornar debido al difícil terreno.

“APAGAMOS INCENDIOS”: FALTA DE PERSONAL Y VEHÍCULOS
Según Estigarribia, la región cuenta con apenas 24 funcionarios para todo el departamento de Alto Paraguay —3 de ellos jefes—, y con una flota de vehículos insuficiente y envejecida. Manifestó que Carmelo Peralta dispone solo de tres técnicos y un vehículo operativo, muchas veces en condiciones precarias. “Apagamos incendios. Hacemos todo lo que podemos con lo que tenemos. Pero necesitamos recursos”, insistió Estigarribia.
A pesar del escenario adverso, la ANDE sostiene importantes proyectos para transformar el suministro eléctrico en el Chaco, tales como la construcción de la nueva línea de 66 kV hasta Carmelo Peralta. Instalación de una subestación de 220 kV ya licitada y adjudicada, y nuevos alimentadores para disminuir la vulnerabilidad del sistema. “Hoy tenemos la segunda línea más larga del mundo. Si se corta en un punto, todo Alto Paraguay se queda sin luz. Con la subestación, cada localidad tendrá su propio abastecimiento. Ese será el gran cambio”, remarcó.
Afirmó que el avance de estas obras es crucial considerando el impacto del Corredor Bioceánico y el acelerado crecimiento urbano y logístico en Carmelo Peralta.
UNA COMUNIDAD QUE ACOMPAÑA Y EXIGE
El jefe regional destacó asimismo que el apoyo de autoridades locales y de la ciudadanía, que recientemente protagonizó manifestaciones reclamando mejoras definitivas. “La presión social nos ayuda a que Asunción también vea la urgencia que tenemos aquí”, declaró.
Mientras tanto, la luz volvió, pero la incertidumbre sigue: una lluvia más no puede seguir siendo sinónimo de apagón en un distrito que se proyecta como motor del desarrollo del Chaco paraguayo.














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