Filadelfia, RCC. -Este 2020 no solo quedará marcado por la titánica tarea que significa sobrellevar la cuarentena por la pandemia del Coronavirus, sino principalmente por la aparición de muchos héroes de carne y hueso, no de los que se ven en las películas, sino de los que están haciendo posible que la crisis sea más llevadera.
En una humilde casa de Pozo Colorado, la familia Aquino Duarte dedica tiempo y esfuerzo para brindar un plato de comida a los más necesitados. La reina del hogar, Doña Rosalba, es la que se encarga de preparar la olla popular con las donaciones que van llegando y de los víveres que se entregó en la Escuela Patricio Colmán Martínez de la localidad.
“Por las redes sociales nos enteramos de que ya había necesidad en las familias más carenciadas. Como a nosotros nos llegó un poco adelantado el almuerzo escolar correspondiente a este año lectivo y por la cuarentena dejamos de cocinar en la escuela, surgió la idea. Le planteé a la Sra. Rosalba de Aquino, ella con mil gusto aceptó y empezamos a hacer este servicio para el pueblo”, explicó a la RCC, Pedro Escobar, director de la institución educativa.
La olla popular arrancó el lunes y los corazones solidarios comenzaron a aparecer para que la ayuda sea mayor. Algunos se acercaron a aportar mano de obra mientras que otros se hacen sentir a través de las donaciones.
“Estoy en apoyo logístico, en traer leñas o buscar algunas colaboraciones, contactar con los amigos y amigas, para que podamos seguir con esta iniciativa tan grande”, comentó Leonardo Ávalos, funcionario de la Justicia Electoral pero que tiene a su cargo la presidencia de la Comisión Pytyvõ de Pozo Colorado.
Escobar adelantó que la idea es seguir hasta donde se pueda mientras se espera la ayuda del gobierno. “Hay muchas familias carenciadas que ya dejó de trabajar hace más de 40 días y esto es una especie de contención hasta que llegue la ayuda de las autoridades municipales y departamentales”, indicó el director.
UN INESPERADO OBSTÁCULO
Por su parte, Ávalos comentó que si bien algunas familias ya recibieron la ayuda gubernamental están chocando con un inesperado obstáculo. “Nuestra ciudad no tiene supermercado grande para abastecer de mercadería a las familias. Los beneficiados tienen que ir hasta Concepción, Villa Hayes o Filadelfia para efectivizar la ayuda recibida del proyecto Pytyvõ o Ñangareko”, enfatizó.
«Acá en Pozo Colorado, la mayoría de la gente se dedica a trabajar en la rotonda, algunas venden agua caliente, otras empanadas, miel de abeja y como que la cuarentena es estricta, no pueden salir a rebuscarse fuera de sus casas», agregó el presidente de la comisión Pytyvõ.
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