En el marco del Día Mundial contra la Trata de Personas, la Secretaría de la Mujer, Niñez y Adolescencia de la Gobernación de Boquerón intensificó su campaña de concienciación con charlas dirigidas a comunidades vulnerables del Chaco. Sonia Schellenberg, representante de la institución, explicó que si bien en el departamento aún no se han reportado casos a gran escala, el riesgo es alto debido al creciente tránsito por la Ruta Bioceánica, que atraviesa zonas remotas y de escasa vigilancia.
“Es muy importante que se tenga en cuenta que hay promesas peligrosas”, advirtió Schellenberg, señalando que la trata no siempre se presenta como un secuestro, sino que también puede iniciarse a través del criadazgo o promesas laborales falsas. “Muchas veces a niñas y adolescentes se les promete estudiar o trabajar, pero terminan siendo explotadas en tareas domésticas o en condiciones de esclavitud”.
Las charlas, organizadas en conjunto con la Regional de Mujeres y el Grupo Fortalecer, se están llevando a cabo especialmente en la zona de Mariscal Estigarribia, y tienen como objetivo brindar herramientas a las comunidades indígenas y rurales para identificar señales de alerta y prevenir este delito.
Schellenberg explicó que uno de los modos más comunes de captación consiste en ofrecer supuestos trabajos de modelaje o empleo en el extranjero, donde las víctimas terminan perdiendo sus documentos y quedan atrapadas en redes de explotación. “Hay muchos casos donde incluso otras víctimas son obligadas a reclutar más personas para no ser castigadas”, afirmó.
Asimismo, hizo un llamado especial a los padres, docentes y adultos responsables a estar atentos a lo que niños y adolescentes consumen en redes sociales. “El adolescente sueña con progresar, quiere estudiar, trabajar, y es ahí donde entran los captadores con ofertas que parecen demasiado buenas para ser verdad”, subrayó.
Por último, instó a la comunidad a tomar conciencia del peligro real que representa la trata de personas y a denunciar cualquier situación sospechosa. “Debemos abrir los ojos, conversar con nuestros hijos y pedir sabiduría a Dios para discernir entre una oportunidad real y una trampa disfrazada de futuro”.