En las últimas horas, el Río Pilcomayo ha experimentado un incremento en su caudal, generando alertas en las autoridades y comunidades ribereñas. Este fenómeno, que ha sido observado en establecimientos ganaderos como San Nicolás y se espera que alcance el Canal 26 de agosto, presenta tanto beneficios como desafíos para la región.
La falta de lluvias en ciertas zonas ha creado expectativas positivas, ya que el aumento del caudal podría proveer alivio en áreas con déficit hídrico. Sin embargo, este mismo escenario plantea riesgos de desbordes en lugares donde el terreno está menos saturado, como es el caso del sur de la cuenca del río.
«La tequilla acuciante en la zona, donde ha llovido muy poco hasta ahora, es una preocupación latente. Aunque el aumento del caudal podría ser beneficioso, también conlleva el riesgo de desbordes»
advierte Dario Medina, Director de la Comisión de la Cuenca del Río Pilcomayo.
La población local, familiarizada con los ciclos del Río Pilcomayo, tiende a manejar eficientemente las informaciones sobre los periodos de flujo elevado. Sin embargo, las autoridades insisten en la importancia de mantenerse alerta y tomar precauciones ante la posibilidad de desbordes, especialmente cuando el agua fluye con gran fuerza.
«En febrero, estamos esperando una riada mayor, y es crucial prever y estar alertas. Las comunidades ribereñas ya están al tanto de los tiempos y las fechas típicas de crecida, pero reforzamos la alerta ante cualquier eventualidad»
destaca Medina.
En este contexto, se subraya la necesidad de poner a resguardo bienes materiales y, sobre todo, de priorizar la seguridad de la vida en situaciones donde el caudal del Río Pilcomayo presenta un aumento significativo.














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