El Dr. Ing. en geología, Fernando Wiens, de dilatada trayectoria, subraya un punto crucial: la información sobre estos temas vitales para el desarrollo chaqueño no es nueva ni escasa. La exploración de hidrocarburos en el Chaco data de 1944, acumulando más de 80 años de datos técnicos evaluados. De manera similar, la investigación sistemática de los recursos hídricos comenzó en 1967, lo que significa casi 60 años de información disponible y analizada.
Entonces, se pregunta, ¿por qué, ante la evidente crisis energética e hídrica, seguimos repitiendo los mismos discursos sin avanzar?
Hidrocarburos: ¿Qué pasó con el potencial ya conocido? El Chaco cuenta con un historial de 49 pozos perforados y 22 pozos propuestos. El Dr. Wiens nos recuerda el caso de Primo Cano Martínez S.A., que en su momento re-perforó el pozo Mendoza #1R (perforado originalmente en 1959) y logró producir y comercializar gas con un contrato de ANDE/FIUNA. La pregunta que resuena es: ¿Y hoy? Si ya hubo ejemplos exitosos de explotación y comercialización, ¿qué impide la continuidad o la expansión de estas iniciativas?
Recursos Hídricos: Más allá de los errores repetidos. En cuanto al agua, el debate parece estancado en los fracasos del Acueducto Puerto Casado – Loma Plata y las Plantas Desalinizadoras por Ósmosis Inversa, una tecnología que, según el Dr. Wiens, no es apropiada para el Chaco.
Dice que es preocupante que, mientras se reincide en los mismos errores, se omita información crucial sobre alternativas viables, como las Plantas Procesadoras de Agua Salada rentables, de las cuales existe un informe de IMI de 1997. La interrogante que se impone es: ¿Y ahora qué? ¿Seguiremos lamentándonos por lo que no funcionó, o buscaremos soluciones que sí han demostrado potencial?

El mensaje del Dr. Wiens es claro y contundente: «¡Dejemos de repetir generalidades! ¡Tenemos que llegar a acciones concretas y acertadas!» El desarrollo del Chaco es un desafío enorme, pero para abordarlo de manera efectiva, es imperativo que los debates, especialmente los públicos, se basen en conocimientos específicos y documentados.
Se puede concluir entonces que es hora de transformar la vasta información existente en iniciativas tangibles. La región del Chaco no necesita más diagnósticos repetitivos, sino un compromiso firme y decisiones bien informadas que capitalicen el conocimiento acumulado durante décadas. Solo así podremos avanzar hacia un desarrollo sostenible y próspero para esta vital región del Paraguay.














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