La Escuela Básica N° 2261 Santa Librada está situada en Sierra León, un rincón apartado del departamento de Alto Paraguay. Esta pequeña institución, que alberga a tan solo siete estudiantes, se enfrenta a una realidad de aislamiento, pero también de esperanza y esfuerzo. A unos 800 kilómetros de Asunción, el lugar es uno de los más remotos del país, lo que hace que el acceso a recursos y servicios sea una tarea ardua, sobre todo durante la temporada de lluvias, cuando los caminos se vuelven prácticamente intransitables.
Sin embargo, en medio de este aislamiento, el programa Hambre Cero ha sido un faro de esperanza para los estudiantes de Santa Librada. Cada día, estos niños se enfrentan a la precariedad de su entorno, pero gracias a la alimentación escolar que reciben, pueden seguir adelante con sus estudios. Para ellos, la comida no es solo una necesidad básica, sino un símbolo de que su derecho a la educación y a una vida digna sigue siendo una prioridad, aún en los lugares más alejados.
La labor realizada para llegar hasta esta pequeña escuela no es sencilla. A pesar de las distancias, las lluvias y el mal estado de las rutas, el Grupo Altair ha logrado cumplir con su compromiso y entregar los alimentos puntualmente, asegurando que los niños de la Escuela Santa Librada puedan contar con los nutrientes necesarios para su desarrollo físico y cognitivo.
Aunque Santa Librada está alejada de la capital y de los centros urbanos, sus estudiantes reciben la misma atención y los mismos derechos que cualquier otro niño en Paraguay. Esta pequeña escuela, a pesar de las dificultades, sigue siendo un espacio donde la educación es posible gracias al apoyo que permite a los niños concentrarse en sus estudios y no en la falta de alimentos.















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