Filadelfia, RCC.- En total fueron 7 meses de formación teórica y práctica, en donde los voluntarios encontraron su verdadera vocación: estar al servicio de los demás, adoptando un nuevo concepto: la abnegación, una renuncia voluntaria a los propios deseos o intereses para el beneficio de los demás.
«Fue un camino lleno de sacrificios, trabajo duro y dedicación. El querer ser bombero fue un sueño de pequeño, cumplido de grande», mencionó Víctor Nicolas Estigarribia Guille, mejor egresado.
La Academia Regional de Bomberos del Chaco Central inició sus actividades en el año 2017, viendo la necesidad de trabajar de forma conjunta entre los cuarteles de bomberos para la formación unificada y así poder llegar al mejor nivel de capacitación para el servicio a las comunidades.
Ser bombero es elegir la vocación de ser héroe, como ellos hay pocos, pues arriesgan su vida cada día, para luchar contra la furia del fuego y salvar vidas. Con su trabajo no acumulan grandes riquezas, una mirada agradecida les basta para seguir con firmeza con la misión.